martes, 1 de septiembre de 2009

La satisfacción de tomar otro camino



hoy sale el nuevo álbum de gustavo cerati, fuerza natural

Uno de los grandes cantantes y compositores del rock consigue sorprender, sin repetir la fórmula de ninguno de sus discos solistas anteriores, aunque haya algunos guiños.

En diez años, desde el último concierto de Soda Stereo en 1997, Gustavo Cerati consiguió profundizar una carrera solista ejemplar, que antes se había insinuado con trabajos que hoy son clásicos, como Amor amarillo y Colores santos, su colaboración con Daniel Melero. Luego hizo seis discos variados y bien diferentes entre sí, pasando de una orquesta en los estudios Abbey Road a una fusión electrónica con Domingo Cura incluido, para luego arremeter con un rock de guitarras distorsionadas, además de una banda de sonido (+ Bien) y hasta una incursión por 11 episodios sinfónicos. Y hasta hubo una “burbuja en el tiempo” que fue el regreso de Soda Stereo.

Hoy, con el lanzamiento de Fuerza natural, Cerati parece mirar atrás a la última década y en una letra admite: “Tal vez parece que me pierdo en el camino, pero me guía la intuición. Nada me importa más que hacer el recorrido, más que saber adónde voy”.

Ese camino, lejos de ser irregular ni mucho menos inconsistente, logró llevarlo a un territorio que nunca había explorado a fondo, y que es prácticamente la zona opuesta al Ahí vamos de 2006 y la gira de Soda: un sonido de guitarras acústicas, mandolinas, dobro y lap steel. Y si bien es tentador catalogarlo como un álbum unplugged, sería un error porque el abanico de estilos deja lugar para el power pop del primer tema de difusión (“Déjà vú”), una suerte de chacarera épica (“Cactus”), un rock casi glam (“Dominó”) y otro casi new wave (“Rapto”), además de una balada con final experimental incorporado (“Sal”).

Entre irresistibles y antológicas, estas “excepciones” suenan tan atrapantes como las muestras más acabadas del sonido de guitarras folk: la perfecta apertura de “Fuerza natural”, el tono ¿Wilburys? de “Magia”, el toque cowboy/country de “Amor sin rodeos”, la onírica canción “Convoy”, y la descripción de vida nómade de gira de rock en “Tracción a sangre”, que hasta se da el lujo de terminar con un guiño a Dylan en la frase “La respuesta está en el viento”.

Esta larga enumeración, a la que hay que agregar el fascinante y extenso tema beatlero final (“He visto a Lucy”, con track escondido cual “Her Majesty” en Abbey Road), sirve para demostrar que Fuerza natural es un álbum sin fallas, lleno de hits radiales y temas que seguramente se convertirán en clásicos. De alguna manera, es un viaje mágico y misterioso por un camino nuevo, no exento de guiños al pasado, y con una ilación digna de los viejos vinilos del rock conceptual, una rareza en estos tiempos de iTunes (y que pronto será reafirmada con una edición limitada en vinilo). Para que esa intención setentosa quede aún más clara, el arte de tapa parece mirar al estudio Hypnosis de los LP de Yes.

El título se debe a que –con diferentes frases, climas y títulos de canciones– Gustavo Cerati intenta retratar diferentes fuerzas de la naturaleza. De paso, resume aquellas variadas facetas de su carrera solista, sin sonar forzado sino sumamente tranquilo y relajado. Como dice la frase inicial: “Tengo todo por delante, nunca me sentí tan bien”. Lo que se dice la satisfacción de haber emprendido un viaje a ninguna parte y haber llegado a un destino más que placentero.



fuente :
http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=30074

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